A medio camino entre el gadget tecnológico y la lencería de diseñador, el INTIMACY 2.0 es un prototipo de lo que sus creadores llaman “una exploración de la relación entre intimidad y tecnología.”

Es curioso cómo la gente capaz de diseñar complicados juguetes digitales destinados a provocar excitación sexual o a tener que ver con el sexo de algún modo parecen no tomar en cuenta las condiciones reales del sexo real. Tal vez lo anterior pueda parecer tautológico, pero pensemos por un momento, ¿queremos estar envueltos en microfibras llenas de cables y LEDs mientras tenemos sexo?

El vestido en sí no es feo… Es obra de Studio Roosegaarde, con sedes en China y Holanda. La descripción del INTIMACY 2.0 que dan en su página web es que cuando el ritmo cardiaco aumenta (posiblemente, según sus creadores, a causa de “encuentros íntimos y cercanos”), las microfibras comienzan a perder opacidad y se vuelven transparentes eventualmente.

Sus creadores dicen que “las interacciones sociales determinan el nivel de transparencia de la ropa, creando un sensual y revelador juego.” ¿Pero qué pasa si simplemente estás teniendo arritmia cardiaca, o hiperventilación? ¿Encima tendrías que estar desnuda?

Tal vez algunas personas no estemos listas para el futuro. Tal vez por eso seguimos prefiriendo fantasías un poco más conservadores y admirando los desfiles de Victoria’s Secret o algo que no tenga que enchufarse a la corriente.