Paul Baliker, un escultor mexicano de 59 años, quiso enseñarle al mundo cómo manejar el destino, a través de una pieza de madera fabricada en cedro recogido en los alrededores del Golfo de México. El modelo rompe con la belleza de la naturaleza, mostrando diversas especies de animales salvajes como ciervos, jirafas, monos y delfines, con un hombre en el centro que sostiene un globo terráqueo, representando las funciones de la especie como un guardián del planeta. Baliker denominó la obra como “un llamado a la acción” y expresó: “Espero que la gente pueda ver el mensaje ambiental que trate de representar, y tal vez pensar mucho sobre el impacto que tiene el hombre en el mundo natural“.
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