Un vuelo entre Singapur y Londres terminó hace dos semanas con la comida y las bebidas esparcidas por el suelo, paredes e incluso el techo de la aeronave a causa de fuertes e inesperadas turbulencias en pleno desayuno, según explica Gawker. En el incidente resultaron heridos once pasajeros y una azafata, informa ABC News.

El pasajero Alan Cross, que retrató la escena y subió las imágenes a Instagram, ha explicado que las azafatas habían repartido la comida y estaban atendiendo a los pasajeros cuando el capitán informó por megafonía de que los pasajeros debían abrocharse los cinturones y la tripulación también debía sentarse y asegurarse.

Un minuto después comenzaban las sacudidas y "todo lo que no estaba atado, incluidas algunas personas, se estrellaron contra el techo", ha explicado Cross.

El avión cayó entre 15 y 30 metros de golpe, según el portal australiano news.com.au.
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