Epecuen, en Argentina, el pueblo fantasma que emerge despues de estar 25 años bajo las aguas de un lago salado
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Epecuen ha vuelto a convertirse en uno de los lugares más visitados de Argentina pero por razones bien distintas a las de hace 25 años.
Y es que este municipio es hoy un pueblo fantasma que ha emergido de nuevo de las aguas del lago que lo cubrió hace cinco lustros.
En aquél verano austral de 1985, los 1.500 habitantes de este lugar tuvieron que marchar cuando las aguas del lago junto al que se asentaba comenzaron a subir de manera incontrolada después de una serie de inviernos húmedos y fuertes tormentas.
Epecuen recibía entonces a miles de turistas que se acercaban allí a disfrutar del agua salada de ese lago (con niveles diez veces más altos que los del océano que recordaban al Mar Muerto), a sus spas y a su tranquilidad.
Sobre todo era un reclamo para las élites judias que vivían en Buenos Aires.
Pero el propio lago lo fue engullendo hasta cubrirlo por completo.
Hoy, 25 años después, el agua se ha retirado hasta dejar de nuevo al descubierto el pueblo entero, pero con un aspecto fantasmagórico.
Y es que los altos niveles de salinidad han corroído todo lo que había pero aún se ven casas, coches y calles perfectas, y hasta el cementerio.
La mayoría de los vecinos de Epecuen se marcharon a otra localidad cercana, Carhue, también a la orilla del lago, y construyeron allí nuevos hoteles y complejos.
Y es que este municipio es hoy un pueblo fantasma que ha emergido de nuevo de las aguas del lago que lo cubrió hace cinco lustros.
En aquél verano austral de 1985, los 1.500 habitantes de este lugar tuvieron que marchar cuando las aguas del lago junto al que se asentaba comenzaron a subir de manera incontrolada después de una serie de inviernos húmedos y fuertes tormentas.
Epecuen recibía entonces a miles de turistas que se acercaban allí a disfrutar del agua salada de ese lago (con niveles diez veces más altos que los del océano que recordaban al Mar Muerto), a sus spas y a su tranquilidad.
Sobre todo era un reclamo para las élites judias que vivían en Buenos Aires.
Pero el propio lago lo fue engullendo hasta cubrirlo por completo.
Hoy, 25 años después, el agua se ha retirado hasta dejar de nuevo al descubierto el pueblo entero, pero con un aspecto fantasmagórico.
Y es que los altos niveles de salinidad han corroído todo lo que había pero aún se ven casas, coches y calles perfectas, y hasta el cementerio.
La mayoría de los vecinos de Epecuen se marcharon a otra localidad cercana, Carhue, también a la orilla del lago, y construyeron allí nuevos hoteles y complejos.
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