Este hombre, conocido por ser el campeón de retos alimenticios de un sitio web, se tomó muy tranquilo la propuesta de acabarse una verdadera torre de cebollas. Así fue que el Sr. Sato se acercó al local gastronómico de la capital japonesa y pidió que le preparen el sándwich y se lo envuelvan de manera que no se desarme y pueda transportarlo hasta su hogar, donde documentaría la experiencia.

Ya en su casa, Sato empezó con gran excitación a comerse la extraña hamburguesa. Sin embargo, a pesar de su prometedor inicio, unos minutos después comenzó disminuir el ritmo. Al rato, con dos tercios de la torre de cebollas acabada, no pudo más, y abandonó. "Podría seguir comiendo", declaró un derrotado Sato. "Pero ya estoy asqueado del sabor". De todas maneras, el hombre no tiró las sobras, sino que las metió en una cacerola y se preparó una rica y típica comida japonesa, que saboreó con gusto. "Y... tenía algo de hambre", confesó.