¿Comerías una pera con forma de bebé?
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Hacer crecer peras con la forma de un pequeño Buda y venderlas a 3 euros la unidad parecía un gran negocio, pero se ha convertido en contenedores atestados de peras para devolver. Los clientes tienen reparos en comer algo tan tierno, ya que les causa una la impresión de estar comiéndose a un bebé.
La idea nació en la mente del agricultor chino Hao Xianzhang, dueño de un huerto al norte de la provincia de Hebei. Esto fue allá por 2009, tras leer la novela “Viaje al Oeste”, un gran clásico de la literatura china donde una fruta imaginaria con forma de bebé otorga vida eterna a quien come de ella.
Tras ello comenzó a investigar cómo lograr fruta con forma humana. Para ello probó haciendo crecer las peras jóvenes de los árboles en moldes transparentes que les daban la forma deseada. Esto le llevó a conseguir ejemplares de apariencia inquietante, y contento con ello se dispuso a comercializarlas en supermercados, con grandes expectativas para el siguiente año. Se planteaba incluso exportar su fruta al extranjero pensando también en satisfacer los gustos occidentales con otras formas de personajes conocidos.
Finalmente las peras son tan realistas que provocan rechazo ante el reparo que da comérselas: “Siento como si estuviera comiendo un bebé. Parece que podría abrir los ojos en cualquier momento” declaran muchos consumidores chinos ante el expositor de estas frutas en los supermercados.
La idea nació en la mente del agricultor chino Hao Xianzhang, dueño de un huerto al norte de la provincia de Hebei. Esto fue allá por 2009, tras leer la novela “Viaje al Oeste”, un gran clásico de la literatura china donde una fruta imaginaria con forma de bebé otorga vida eterna a quien come de ella.
Tras ello comenzó a investigar cómo lograr fruta con forma humana. Para ello probó haciendo crecer las peras jóvenes de los árboles en moldes transparentes que les daban la forma deseada. Esto le llevó a conseguir ejemplares de apariencia inquietante, y contento con ello se dispuso a comercializarlas en supermercados, con grandes expectativas para el siguiente año. Se planteaba incluso exportar su fruta al extranjero pensando también en satisfacer los gustos occidentales con otras formas de personajes conocidos.
Finalmente las peras son tan realistas que provocan rechazo ante el reparo que da comérselas: “Siento como si estuviera comiendo un bebé. Parece que podría abrir los ojos en cualquier momento” declaran muchos consumidores chinos ante el expositor de estas frutas en los supermercados.



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