Tian Xueming, un carpintero procedente de una ciudad cercana a Chongqing, y su mujer, han confesado que llevan 6 años con su hijo en el congelador de su casa.

Ambos afirman que no quieren dejar a su amado hijo en una tumba y prefieren mantenerlo en el congelador porque así sienten que no se ha ido, dijo Xueming.
“Cuando mi esposa y yo queremos hablar con él, sólo levantábamos unas sillas, levantamos la tapa y charlamos con él como si nunca se hubiera ido de nosotros“.



Es tal el extremo y la obsesión por mantener al cadáver que incluso ha creado un generador de luz para cuando se vaya la luz en su casa, puesto que los cortes de energía son muy frecuentes por allí. Después de haber perdido a su hija cuando tenía 15 años, el hijo fallecido era todo lo que tenían. Pero poco después de entrar en la universidad cayó enfermo con leucemia. “Estábamos devastados. Visitamos muchos médicos pero no había nada más que pudiéramos hacer”, dijo el afectado padre.



“Sólo rezaba para no perderlo”. Un vecino ha afirmado que ha escuchado decir a los padres que lo tienen allí porque consideran que él todavía estaba vivo, como si estuviera teniendo un largo sueño.