Puente Tacoma Narrows “El colapso de un gigante”
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En una época en que el hombre apenas
intentaba alcanzar las altas cumbres por medio de las megaconstrucciones
Tacoma Narrows sólo era superado en tamaño por el Golden Gate y el
puente George Washington, sin embargo su majestuosidad no duro más allá
de cuatro meses.
Surgido como la cristalización de muchas
ideas y necesidades surgidas de muchas empresas y personas desde 1889 y
precedido de gran cantidad de estudios y propuestas a las que
finalmente, y como en todo los tiempos, la avaricia del hombre y la
búsqueda de obtener más ingresos en toda transacción sería el punto de
quiebra de esta colosal estructura.
El ingeniero Clark Eldridge del estado de
Washington presentó un ”diseño preliminar de un puente convencional
desarrollado sobre conceptos probados y demostrados”, y la autoridad de
peaje del puente solicitó $11 millones de dólares al Public Works
Administration (PWA) federal. Pero un grupo de ” ingenieros consultores
del este”, encabezados por el ingeniero Leon Moisseiff de Nueva York,
propusieron al PWA construir el puente a menor costo.
Los
planes preliminares especificaban el uso de vigas horizontales de 7.6 m
de espesor, que se ubicarían debajo del puente para hacerlo más rígido.
Moisseiff, diseñador muy respetado del Golden Gate Bridge, propuso
utilizar vigas más esbeltas, de solo 2.4 m de espesor. Según su
propuesta el puente sería más delgado y elegante, y además se reducirían
los costos de construcción. El diseño de Moisseiff se impuso. El PWA
aprobó un presupuesto de casi $6 millones de dólares para el puente de
Tacoma Narrowse. Un monto adicional de $1.6 millones de dólares sería
recolectado de los peajes para alcanzar el costo total de $8 millones de
dólares.
En
los diseños previos el viento podía atravesar la estructura, pero en el
nuevo diseño el viento sería redirigido por arriba y por debajo de la
estructura. Al poco tiempo de haber concluido la construcción, a finales
de junio, se descubrió que el puente se deformaba y ondulaba en forma
peligrosa aún en condiciones de viento relativamente benignas para la
zona.
Imagen Wikipedia
Esta resonancia
era de tipo longitudinal, por lo que el puente se deformaba en
dirección longitudinal, con la calzada elevándose y descendiendo
alternativamente en ciertas zonas debido a un fenómeno físico conocido
como flutter aeroelástica. La mitad de la luz principal se elevaba
mientras que la otra porción descendía. Los conductores veían a los
vehículos que se aproximaban desde la otra dirección desaparecer y
aparecer en hondonadas, que a su vez oscilaban en el tiempo lo que no se
consideraba peligroso.
La
falla del puente ocurrió a causa de un modo de torsión nunca antes
observado, con vientos de apenas 65 km/hora. Este modo es distinto al
longitudinal, en el modo de torsión cuando el lado derecho de la
carretera se deforma hacia abajo, el lado izquierdo se eleva, y
viceversa, con el eje central de la carretera permaneciendo quieto. En
el caso del puente se estaba amortiguado en forma negativa lo cual
significa que la amplitud de la oscilación aumentaba con cada ciclo
porque la energía aportada por el viento excedía la que se disipaba en
la flexión de la estructura. Eventualmente, la amplitud del movimiento
aumenta hasta que se excede la resistencia de una parte vital, en este
caso los cables de suspensión. Una vez que varios de los cables
fallaron, el peso de la cubierta se transfirió a los cables adyacentes,
que no soportaron el peso, y se rompieron en sucesión hasta que casi
toda la cubierta central del puente cayó al agua.
Eran
las 11:00 am del 7 de noviembre de 1940 cuando el coloso llegó a su
final llevando como testigos de ello a el auto y perro de Leonard
Coatsworth, el que logró salir de milagro del carro.
Fueron necesarios 10 años antes de que pudiera ser reemplazado y en la actualidad se ha ampliado por medio de un puente anexo.
Imagen Actual
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