Peebles padecía un defecto genético que paralizó su crecimiento a una temprana edad. Se puede decir que estaba bien cuidado, porque el gatito vivía en la Clínica veterinaria del Buen Pastor, en un pueblecito de Illinois, siendo copropietarios todos los veterinarios de la clínica.

El pobre murió en el año 2007, pero todavía ostenta el record. Rumores maliciosos que corren por la red dicen que durante una sesión fotográfica para el Guiness, el Sr. Peebles tenía que posar junto a Leo, que ostentaba el récord de gato más grande del mundo. En un descuido de los fotógrafos, Leo, que parecía que no había desayunado ese día, se zampo al bueno del Sr. Peebles en un par de bocados. Claro está que esto no es más que un bulo que en su día lanzó a la red alguna mente aburrida.
Por Sinuhé. Tejiendo el Mundo.