A Nick Wallenda, de 33 años, le llevó 25 minutos y 19 segundos cruzar de Estados Unidos a Canada, sin hacer cola en el puesto fronterizo. Si requirió tanto tiempo se debió a que lo hizo a pie, paso a paso, sobre un cable suspendido a más de 52 metros sobre las cataratas del Niágara. Recorrió 472 metros, en medio de una visión extraordinaria, que en ocasiones, cubierto el cable por la nube de agua, parecía un hombre levitando.

Hacía 116 años que nadie lo lograba, e incluso algunos le atribuyen el mérito de ser el primero por la proximidad del alambre respecto a la caída de cauce. Nunca nadie se había acercado tanto. “Lo peor no es el viento, es el golpe de la niebla”, decía el protagonista en directo en la cadena ABC mientras caminaba, calzando unos mocasines especiales hechos por su madre, con los consejos del padre a través del auricular y con la pértiga al hombro.
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