A sus 17 años y pesando solamente 38 kilos, Charlotte Seddon falleció tras una batalla silenciosa  contra la anorexia. La joven le ocultó su enfermedad a su familia y amigos por cuatro años. Lo mas sorprendente es que personas tan allegadas a ella como su familia nunca lo descubrieron  hasta que leyeron su diario. “Son muy buenos escondiéndolo”, comentó su madre, Corinne, de 48 años, destrozada. “Ha pasado de repente, no nos hemos dado cuenta de todo hasta que lo hemos leído”, confiesa su padre.

La víctima, según el Daily Mail, escribía en su diario como se sentía atrapada en un círculo vicioso a través del que perdía peso sin parar haciendo ejercicio, contando rigurosamente las calorías consumidas y sufriendo una depresión mediante la que se castigaba una y otra vez a sí misma. Los efectos de la enfermedad se  han dejado ver en la autopsia, que refleja cómo su corazón solo pesaba 190 gramos, cuando lo normal es que el de una chica de su edad ronde los 320.

La vida exterior de Charlotte se alejaba mucho por la superficie de lo que en realidad pasaba por su cabeza; se la consideraba muy inteligente; prueba de ello es que ganó numerosos premios en su escuela, incluyendo el de la estudiante del año, gracias a las notas tan excelentes que la joven acostumbraba a llevar.

La madre de Charlotte suplicó a los padre estar pendientes de sus hijos pues estos problemas se pueden prevenir.