Stalin 50 anos de misterio
9:50Tras medio siglo de historia a sus espaldas, la muerte del conocido como “Hombre de Acero” permanece siendo un enigma indescifrable. ¿Conspiraron sus más allegados colaboradores para acabar .. Tras esto otros ocho médicos fueron también encarcelados. Al parecer, Stalin, tenía la intención de destituir a todo el servicio de seguridad y cuidado del mismo, y sustituirlos por sirvientes más leales y fieles, actos que ya había comenzado con la destitución y arresto de Vlasik, jefe de la guardia de Stalin durante años. Según la teoría de la conspiración, el servicio de seguridad y el cuarteto de hombres mas próximos al mismo compuesto por, el Jefe de la Policía Secreta Lavrenty Beria, el Ministro de Defensa Nikolai Bulganin, el viceprimer Ministro y sucesor designado de Stalin, Georgi Malenkov y Nikita Khrushchev Jefe del Comité del partido en Moscú, estaban enterados de los planes del dictador, y decidieron poner fin a su vida con la firme intención de no acabar como los anteriores camaradas de Stalin. Al fin y al cabo, Stalin estaba esquizofrénico y demasiado paranoico como para gobernar un país, de hecho, muchos creían que Stalin podría sumergir a la Unión Soviética en un Tercera Guerra Mundial. Todo comenzó la noche del 28 de Febrero de 1953. Con los años se ha conseguido obtener valiosos datos que revelan la verdadera historia de lo que ocurrió aquella aciaga noche, A. Rybin , Jefe de la guardia de seguridad de Stalin ha sido la fuente testimonial de la que más han bebido los periodistas, así como de la figura del guardia de seguridad Pavel Lozgachev. Esa noche los cuatro hombres principales del gabinete de Stalin y el mismo, visionaron una película en el Kremlin antes de desplazarse hasta la casa de Stalin a 10 minutos en las afueras de Moscú. En la casa se encontraba el encargado al mando de la casa en ausencia de Stalin, M. Starostin y su ayudante V. Tukov. El comandante de la dacha, Orlov, era sustituido en aquel momento por su ayudante Pavel Lozgachev, quien estaba al cargo. También se encontraba alli la sirvienta Matrena Butusova. Al parecer los invitados habían dejado la casa a las cuatro de la mañana y Stalin había regresado a sus dependencias de donde nunca salio por su propio pie. Al día siguiente, bien entrada ya la noche, Lozgachev decidía entrar en el cuarto, encontrando a Stalin tumbado en el suelo y casi al borde de la muerte. Lo que ocurrió durante la noche es un misterio aun por resolver. A. Rybin, interrogó a cada uno de los guardias de seguridad por separado, y obtuvo una extraña, así como intrincada historia. Todos coincidieron en los detalles del interrogatorio, pero hubo algo que realmente sorprendió al periodista Edward Radzinsky, quien ha investigado la muerte de Stalin durante años, indagando sobretodo en unos manuscritos del mismo Rybin, ocultos en el Museo de la Revolución durante años; un dato crucial que omitió M. Satrostin, y que sí confirmaron Tokov y Lozgachev. Según Tukov, después de que los invitados se hubieran retirado, Stalin dio la orden de que el personal de guardia y seguridad se retiraran porque según dijo textualmente: “ Voy a acostarme y no los necesitare más, así que pueden acostarse ustedes también” . Lozgachev confirmo este punto, y añadió que tanto él como Tukov estaban sorprendidos ante la orden de una persona que durante años estuvo obsesionado con la seguridad. Jamás Stalin había permitido algo así antes. ¿Qué había ocurrido entonces? ¿De dónde provino realmente esa orden? Lozgachev llamo inmediatamente a Starostin, y tras ver la escena acudió a llamar a todas las personalidades importantes para informales. Tras denodados esfuerzos para localizar a Beria, este llamó diciendo que nadie informara sobre la enfermedad de Stalin. El resto de personalidades había sido avisado. Según las memorias de Khrushchev, este y los que habían sido llamados acudieron inmediatamente tras la llamada del servicio de seguridad, pero según Lozgachev la verdad era otra mas infame. Al parecer ningún coche apareció en la dacha hasta cuatro horas después del primer aviso. Eran Malenkov y Beria, aun Khrushchev no había aparecido. Pero lo sorprendente fue la actuación de Beria. Según este, no había necesidad de alarmarse, cuando el mismo vio a Stalin confeso que, según su opinión, no estaba más que apaciblemente dormido y que no debía de molestársele. De nuevo haciendo alusión a las memorias de Khrushchev, este comentaba que los guardias de Stalin habían vuelto a llamar haciendo especial hincapié en que el dictador no se encontraba bien. Sin embargo la criada de Stalin, en una llamada anterior, le había comentado que cuando acudió a la habitación le había visto dormir apaciblemente. Pese a todo, y siempre según sus memorias, Khrushchev decidió enviar a los médicos. Una vez más, la información con respecto a Lozgachev era contradictoria. Según este, Khrushchev no apareció hasta las 7 de la mañana del día siguiente, interesándose por el estado del jefe. Este le informo que los médicos estaban en camino. Ya habían transcurrido más de trece horas cuando los médicos llegaron al fin, sin que nada pudieran hacer en ese momento y en los días posteriores. Stalin fallecía oficialmente el 5 de marzo de 1953. Lo que paso esa noche en el cuarto de Stalin será siempre un misterio. Muchos aseguran que Vassielievich, siguiendo órdenes de Beria había entrado en la habitación de Stalin administrándole una inyección letal o bien que había sido envenenado durante la cena, y que por ello, tanto Beria como Khrushchev, denegaron la ayuda médica hasta 13 horas después, pues ya sabían que mal aquejaba a Stalin. Al parecer Beria conocía las intenciones de Stalin para iniciar una III Guerra Mundial, y sabía que si Stalin no contaba con su beneplácito y el de sus colegas, este se las arreglaría para destituirlos y encarcelarlos. Según Beria, Stalin incluso ya había planeado para el próximo 5 de marzo una deportación de judíos de Moscú. Quizas Beria y sus colegas ayudaran a evitar una tercera guerra mundial, o realmente solo velaran por sus intereses. Lo cierto es que tras la muerte de Stalin, Beria no sufrió ningún cambio en sus puestos de poder, pero pocos meses después, el 9 de junio, seria arrestado e iniciado contra él, un juicio donde se le acusaba de intento de asalto al poder para imponer su dictadura y otros muchos cargos. En diciembre fue acusado y condenado a muerte por traición. ¿Casualidad, o lo quitaron de en medio por saber demasiado y compartir los ideales de Stalin? Mucho antes de la muerte de Stalin, el celebre Papa Juan XXII revelo, en una de sus muchas profecías, una que hacia alusión a la figura del dicatdor: “Y tu, nuevo zar (Stalin) a quien el padrecito (el zar derrocado) maldijo, estrechas la mano del dictador negro (Hitler). Miras al mar, la sangre lo enrojecerá. El pequeño zar muere asesinado en la oscuridad de su cubil”. Una vida plagada de misterios como la del dictador Stalin, no podía siquiera imaginarse acabando de forma meramente normal, los misterios que rodean su muerte, una muerte incluso vaticinada, perduraran en tanto la historia recuerde su vida e imagen.
El pasado 5 de marzo de 2003 se cumplían 50 años de la muerte del dictador soviético, cincuenta años que no han estado exentos de polémica y ambigüedades. Mientras la versión oficial señala como motivo de la muerte una hemorragia cerebral, los más escépticos señalan una conspiración para acabar con la vida del líder político. Ya en enero, poco tiempo antes de la fatídica madrugada del 28 de febrero de 1953, una mujer encargada del servicio de seguridad de Stalin, había informado al dictador de que uno de sus médicos estaba involucrado en un complot de los médicos para asesinar al mandatario.
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