El misterio de los "vampiros" del sur de Gran Canaria
8:24Cada vez que salimos de la finca por la noche, sabemos que nos van a atacar", dice una atemorizada Karin Bourner -británica, con 17 años de residente en Gran Canaria-, que señala a los murciélagos que desde el final de los incendios de verano aparecieron en la zona como presuntos vampiros que atacan a sus dos caballos. Asegura que sus dos tordos muestran huellas inequívocas de haber sido víctimas de las mordeduras. La presencia de murciélagos vampiro en la isla, sin embargo, fue negada de plano por los especialistas.
La zona de Fataga, al sur de Gran Canaria, fue una de las más castigadas por los incendios del pasado verano. La finca de Bourner se cuenta entre las dañadas, con un invernadero que fue arrasado por las llamas. Allí dormían sus dos caballos, que "sufrieron durante cuatro semanas -hasta que se reparó el invernadero- las picaduras de los vampiros", según afirma.
"Anoche había como tres, se me venían encima, son ratones con alas. He intentado cogerlos, pero no pude. Con la rabia que ya les tengo, acabé tirándoles piedra", se suma Marcos Suárez, marido de Bourner, que no duda en destacar que se han revelado como animales "muy agresivos, que se le vienen encima a uno, dispuestos a atacar".
Más moderado se muestra un vecino cercano, Günter Beck, que dice que no ha sufrido ataques, aunque sí los ha visto, una presencia inédita y que se inclina por señalar como consecuencia inmediata del incendio: "Hace un par de semanas, se hizo de noche y empecé a ver unos movimientos raros, como de pájaros, pero me di cuenta de que era otra cosa. Yo no soy aficionado a las películas de terror, más bien pienso que son animales y que, como tales, tienen sus derechos".
Alexis Ruiz es veterinario y ha atendido a los caballos que presuntamente sufrieron los ataques de los vampiros. "Yo les dije que no veía ninguna señal de mordedura, tras haber hecho unas analíticas y un raspado de piel, para encontrar una lesión. Por otra parte, la piel de los caballos es gruesa, de un centímetro aproximadamente; de haber sufrido una extracción de sangre, las marcas serían mucho más notorias", señala, aunque sin saber a qué pueden deberse las marcas.
Karin Bourner no duda. Y quiere reunir las pruebas necesarias para recurrir al Seprona (el servicio de protección de la naturaleza de la Guardia Civil), ya que acusa a las administraciones locales de no haber dado respuesta adecuada a sus demandas.
En el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, sin embargo, no consta que se haya denunciado el caso y, aun si así fuera, sostienen que no se trata de competencias municipales. La Consejería de Agricultura y Ganadería del Gobierno de Canarias tampoco lo ve como materia de su área, al igual que la de Medio Ambiente.
Una respuesta contundente ofrece Pascual Calabuig, veterinario y biólogo del Centro de rehabilitación de fauna silvestre de Tafira. "Puedo asegurar que esos murciélagos son incapaces de morder. No pongo en duda que hayan aparecido, pero no tienen fuerza ni dentadura ni nada que les vuelva, por adversas que puedan ser las circunstancias tras el incendio, capaces de morder a un caballo. Sería como si un ratón mordiese a un elefante", indica.
En el supuesto caso de que se trate de poblaciones que habitaban en los barrancos de Fataga y que, acosadas por las llamas, hayan tenido que emigrar a otras zonas, "de ningún modo pueden haberse vuelto hematófagas (que se alimentan con sangre de otro animal) de un día para el otro".
No soportan el cautiverio Calabuig ha conocido in situ a los murciélagos vampiro, en Costa Rica y, conocedor de sus hábitos, juzga imposible su presencia en Canarias. Incluso, en el caso de que pudieran haber sido introducidos de manera clandestina para una colección privada, estos animales no habrían sobrevivido en cautiverio.
Jaime de Urioste, biólogo y presidente de la Fundación Neotrópico, dedicada a los animales exóticos, también descarta la hipótesis de los vampiros. "Hemos hecho una auditoría en todos los zoos de Canarias y me consta que no existen aquí. Es más, ni siquiera está autorizada la posesión de estos animales en las universidades", dice.
Karin Bourner, a pesar de todo, cree que algo raro está pasando: "Nadie se lo toma en serio, pero cada vez son más. Tenemos aquí un gran problema".
Un matrimonio de Fataga denuncia que sus caballos han sufrido durante cuatro semanas ataques de murciélagos _ Los especialistas niegan de plano la posibilidad de que existan hematófagos en las Islas.
VMT
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